Hay una pintura de Rembrandt, una que ya no recuerdo su nombre, que nunca pintó, y que terminó colgada en algún museo en Londres. También de Boticelli, que incluso llegó a tener su propia colección de pinturas falsificadas. Luego gente que inclinaba la cabeza viendo esa “obra de arte” sintiéndose admirada. Como en la película de Mr. Bean, que falsifica La madre Whistler después que vierte ácido en la original. Su copia es tan buena, que termina en el museo sin que nadie se percate de la mentira.
Con Javier Sicilia pasó lo mismo. Un hombre que tomó la cabeza de un movimiento en contra de la violencia después que su hijo muriera asesinado. Hace unos días comenzó a circular una supuesta carta que Sicilia había escrito al alcalde de Ciudad Juárez, Héctor Murguía. En ella, en un tono sumamente fuerte y hostil, el poeta mexicano le reclama por su lazos con el crimen organizado, además que le pide que no intente unirse a la caravana que llegaría a Juárez, y mucho menos que mande protección policiaca.
No hay que ser un genio para saber que Sicilia no escribió esa carta. Los que habíamos leído algunos poemas de él antes del asesinato de su hijo (no sé ahora, aunque imagino conserva el mismo talento, pero tengo mis reservas), sabemos que es un buen escritor. Tiene química con las palabras, y que esa carta redactada en su nombre no cumple ni las mínimas condiciones para ser de su autoría.
Aparte de decir que su hijo se llama Javier, cuando realmente es Juan Francisco. Un detalle que en el contexto es atroz. Pues Sicilia comenzó todo el movimiento por el asesinato de su hijo, como para que, de repente, se le olvidara cuál es su nombre. Y para ser más tajante, el mismo Sicilia anunció que él no escribió la carta.
Caso cerrado.
Casi.
El problema no es la carta falsa, sino la intención con la que muchos le han dado circulación. Cuando Sicilia anunció que la carta era falsa, agregó que había gente intentando sabotear su movimiento y su llegad a Juárez, y que uno de esos había sido la redacción y publicación de la carta falsa.
Pero entonces, si la carta intenta deslegitimar su movimiento, ¿por qué tanta gente le dio eco? ¿Qué vio Sicilia que tanta gente no vio?
Algo muy sencillo. Fue resultado de una masa iracunda ciega. Que en vez de pasar el dedo con cuidado por las líneas de esa carta, aceptó lo que decía, vertiendo en su contra ese espíritu subversivo que parecía dar un pequeñito aliento de vida. Pensando que eso era lo correcto (ese deber ser que Kant veía tan intrínsecamente en el ser humano), se mostraron desnudos, infantiles, acríticos, y tan llenos del vacío que pretendía negar.
La misión de Sicilia es loable, como lo debería ser la defensa de todos los hijos que han muerto en esta guerra, y su objetivo es ejemplar. Pero nadie merece que se le aplauda cuando no se le conoce. Y ojo que no lo digo por Sicilia, sino por los que escuchan la expresión “No a la violencia”, y, sin pensarlo, se lanzan a gritarlo también adueñados de una consigna que les suena familiar (Jaime Bailleres dijo algo similar, cuando escribió que no ese necesario tener rastas y oler a sudor para ser considerado subversivo).
Hay una frase encantadora de Peter Sloterdijk que dice que hay demasiada gente justificando lo que hace la masa cuando es hora de provocarla. Y es que, creo, lo que este país necesita, no es más gente exclamando en voz alta, sino que piense, analice y critique lo que ve y escucha, venga de quien venga.
May 31, 2011 at 10:01 pm
La Polaka/30 Mayo 2011
LÍNEA POLÍTICA
Acusa alcalde de Ciudad Juárez: están
periodistas al servicio del narcotráfico
Miguel SALGADO PETER
Acorralado en sus errores, preso de sus ambiciones y rabioso de que sus corruptelas y complicidades con el crimen organizado, hayan trascendido a la opinión pública, Héctor Agustín Teto Murguía Lardizábal, empezó ya una guerra abierta en contra de los medios de comunicación de Ciudad Juárez, a los que acusó de estar pagados por el crimen organizado.
Acostumbrado a la lisonja en pasquines a modo, consecuencia de la ola de críticas que se ha desatado en contra de su administración, El Teto ha enloquecido. Arremetió abiertamente, en contra de todos aquellos que nos hemos atrevido a exhibir la pestilente podredumbre que se desborda en el Palacio Municipal.
Y, con el encabezado Denuncia alcalde negra campaña cibernética en su contra, el periódico El Norte, propiedad de su primo hermano Oscar A cantú Murguía, en su portal digital, reproduce una durísima acusación del alcalde juarense, en contra de los periodistas: “Ustedes saben qué publicaron, tal vez pagados por el crimen organizado o en venganza porque les cancelamos un contrato o porque la administración anterior se fue sin pagarles”, dijo.
Así, sin más, el corrupto Murguía acusó que los periodistas que difunden los abusos de poder en que incurre, o son pagados por algún cártel de la droga o son extorsionadores. Dice el adagio: el león piensa que todos son de su condición.
Exhibido como corrupto y empleado del cártel de Joaquín Guzmán Loera (El Chapo), ante el evidente riesgo de ser separado de la alcaldía, por decisión compartida del presidente de la República, Felipe Calderón y el gobernador, César Duarte, además de la exigencia de los juarenses, de que sea separado de la presidencia municipal, Murguía Lardizábal abrió un nuevo flanco, el equivocado: los medios de comunicación y sus representantes, los periodistas, aquellos que no aceptan ser sus bufones.
El iracundo Teto, confundido por sus costosísimos asesores, decidió declarar la guerra a los medios de comunicación y, para escarmentarlos, como le sugirió su secretario de Comunicación Social, Manuel del Castillo, ordenó al sanguinario asesino que tiene al frente de la secretaría de Seguridad Pública, Julián Leyzaola Pérez, provocar la detención de algunos periodistas, de esos de medio pelo, sugirió.
Su jefe policiaco atendió jubiloso la orden que le fue girada, a penas el fin de semana. Hoy mismo, sus esbirros arremetieron en contra de tres periodistas. Alrededor de las 13:00 horas Luis Escalera, camarógrafo del canal 26, de El Paso, Texas, fue arrestado a un costado de la Plaza de Armas, cuando tomaba imagen de decomisos de mercancía pirata, realizados por policías municipales. Para detener a Escalera, lo acusaron de proteger a los vendedores.
Luis Escalera fue liberado en el lugar, cuando sorpresivamente en apersonó en el lugar, el secretario de Comunicación Social del Gobierno Municipal, Manuel del Castillo. El responsable del manejo de imagen del Teto aparentó ponerse del lado del periodista, para que lo liberaran.
Antes, hacia el mediodía, en el crucero de Mina y Velarde, en la Zona Centro, policías municipales, sorprendidos usurpando funciones de agentes federales e inspectores de comercio, arrestaron al reportero Pablo Hernández y al fotógrafo, Ismael Villagómez, del periódico El Norte. Ambos fueron esposados y trasladados en la patrulla tipo pick up, número 630 a la Estación Delicias, como si se tratara de peligrosísimos delincuentes. A los policías que los aprehendieron, no les interesó que se hayan identificado. De nadie les valió laborar en el periódico del primo de Murguía. La orden la dio Leyzaola: Si ocupan, busquen motivos, pero tráiganme a periodistas para escarmentarlos.
Los agentes de la policía municipal, sólo cumplieron la orden. La liberación se dio ya en la estación Delicias, gracias a la exigencia de los trabajadores de la información que se reunieron en la delegación policiaca.
No es la primera vez que Murguía pisotea, cuestiona, agravia, vomita en contra de la libertad de expresión. Ya antes, arremetió en contra de periodistas prestigiados, serios, honorables, como Leonardo Salayandía Nájera, de Telemundo e Ismael Alvídrez Mejía. Sobre el particular, en la columna del 4 de mayo en el portal Politikkón, en su entrega, Mario Héctor Silva, describe a la perfección la estupidez con que actúa el alcalde juarense:
“El problema de Teto se llama Teto. Esa es la lápida que carga el munícipe en su segundo período de ejercicio político, el de un sujeto visceral y rencoroso, que actúa conforme según amanece y califica y regaña a los hombres de su gabinete que son indignos y no son merecedores de un cargo en el gobierno municipal –no porque alguien lo diga-, sino porque así los exhibe y así los vende para su desgracia el propio jefe de la comuna !Qué pena!
Los movimientos y ajusticiamientos de Murguía, obedecen a un patrón muy similar al modus operandi del narcotráfico: el de un sicario político, que ejecuta a placer a sus enemigos, sin tomar en cuenta los riegos de que pronto podría convertirse en el enemigo público.
La lista de los caídos en la lista del jefe de gobierno municipal, suma ya a notables personajes y periodistas, que inicia con los periodistas de la radio local, Ismael Alvídrez Mejía y Leonardo Salayandía Nájera, y con personalidades que parecieran estar fuera de la mirilla en su rifle de asalto, como el periodista Charles Bowden, que recién entregó una copia del libro El Sicario a la revista Proceso;
¡Vaya! A ese ritmo de sumar enemigos, diríamos que Teto-Presidente corre el riesgo de perder la cabeza y hasta de demandar al presidente del Consejo de Administración de la revista Proceso, Don Julio Scherer ¡Por Dios!
En esos avatares, ya trascendió que Teto en su insensatez, por defender su maltrecha imagen pública, pedirá recursos especiales al Ayuntamiento para enfrentar más allá de la frontera, al autor de El Sicario, pero además en territorio enemigo !Qué osadía!”. Hasta aquí el texto de Mario Héctor Silva.
Los arrebatos, la torpeza, la imprudencia de Teto lo ha llevado a pisotear a capricho todo lo que le place y a conducir un gobierno goebeliano, en el que se reproduce la máxima hitleriana de que una mentira dicha mil veces, se hace verdad. Es un sujeto que piensa que el que no está con él, está en su contra. No hay términos medios. No permite la crítica, así sea constructiva.
Precisamente producto de tanta estupidez, ratería y abusos de poder a favor de cárteles de la droga, es que los juarenses, exigen poner fin a su desgobierno. El 10 de junio, la movilización en su contra lo va a confirmar.
junio 1, 2011 at 9:39 pm
Aunque no dejó de sorprenderme el hecho de que la carta tuviera tanto eco, sé muy bien que las cosas aquí siempre van un paso más allá de lo que se espera. Ciudad Juárez es una ciudad así, va siempre más adelante: si después de la tormenta llega la calma, en Juárez pasa que la tormenta es tan grande que la situación actual ya no permitirá la calma. Es triste y vergonzoso que haya mucha gente que hable, que grite y que defienda cosas que no conoce sencillamente porque no quiere conocerlas. El movimiento de Sicilia no exige mucho. De hecho, en el fondo, más allá de una experiencia personal -o al lado de esa experiencia- lo que Javier Sicilia proclama es que los mexicanos tienen que, ya no se diga pensar y ser críticos, sino «querer» pensar y ser críticos.
Nunca he querido sobrevalorar el arte, ni creo que el arte sea el gran salvador, pero me provoca sorpresa el hecho de que en Juárez no haya muchas librerías, y que las pocas que hay apuesten más por los libros de Carlos Cuauhtemoc Sánchez o los libros de las pelis de los vampiros que andan de moda (no pude recordar el nombre, Luna llena o algo así). Estoy harto de ver gente que todavía vive en la fealdad, en la suciedad, en el sinsentido, en la flojera de pensar; me da coraje ver a los padres transmitiendo vicios, malos modos y tranzas a sus hijos. Sólo el que ha pisado este sucio desierto podría comprender de lo que estoy hablando; aquel que ve las noticias locales, aquel que se haya enterado de los desastres políticos de Reyes Ferriz, que no sabrá qué dijo Aristóteles o Hannah Arendt sobre el tema de la política, pero sí ha de saber lo que cuesta ir a un casino en Estados Unidos.
No duele tanto el hecho de vivir en el caos como el hecho de que las personas, incluyendo a los propios extorsionadores, sicarios, secuestradores, no tengan ni siquiera una justificación digna de lo que hacen. Quizás es algo estúpido lo que voy a decir, pero al menos organizaciones como la Mafia Italiana tenían estilo y tenían códigos. La delincuencia que aquí prevalece ni siquiera de eso se puede jactar. Los sicarios, los narcotraficantes, no van en contra de nada, más bien van a favor de todo. No existe oposición alguna entre políticos y delincuentes, todos estos defienden lo mismo, anhelan lo mismo. No deja de sorprenderme el hecho de que los jóvenes secuestradores digan que se gastaban sus ganancias en comprar ropa de marca… no sé si algún día los estúpidos padres voltearán a ver a sus hijos y dirán: «¿Pero qué mierda he hecho?
junio 4, 2011 at 10:29 pm
JAVIER SICILIA
Lo recuerdo nítidamente: Apuesto, alto, delgado, el rubio cabello, largo, cayendo en cascada sobre los hombros… Vestido totalmente de blanco y calzado con sandalias.
Su personalidad, casi mística, era arrolladora y cautivaba desde el primer momento.
Recuerdo cómo, amablemente, pedía unos minutos a solas para meditar, antes de impartir la clase.
Era generoso y compartía su saber sin cortapisas y sin egoísmo y desde entonces, a pesar de su juventud, se adivinaba en él al ser humano que hoy enarbola sus ideales, ama la libertad y lucha por sus sueños.
¡Cuántas veces deseé volver a encontrarlo! Mas nunca imaginé que fuera transitando por el camino de un dolor tan grande, tan lacerante, tan como él mismo lo describe sin nombre….
La pérdida de un hijo es desgarradora y más cuando esto sucede de manera absurda, brutal y alevosa. Esta cobarde y ominosa acción, sólo puede haber sido ejecutada por “¿gente?” sin honor, sin valores y sin dignidad, y por eso, ha desatado clamores de justicia, equidad y toma de conciencia… ¡Ojalá que estos clamores sean escuchados y den frutos de esperanza para todos y cada uno de los habitantes de nuestro destrozado México!
Aún cuando no será posible verlo en persona, deseo que este texto sea una sincera manifestación de cariño y de solidaridad al maestro que me dio su sapiencia y su apoyo al iniciarme en el sendero de las letras.
OLGA MARÍA DEL CARMEN ORTEGA CHARLES.
septiembre 22, 2013 at 10:08 pm
Les comparto mi poema, dedicado a . . .
EL GRAN SICILIA
Que triste desgracia, la del gran Sicilia,
la pena de su alma, nadie reconcilia,
se fue su querer, su entraña, su ser,
ha perdido al hijo de su amanecer.
Su sangre, su vida, lo que era su huella,
pasó a ser motivo, un ángel, su estrella;
su amor, su pasión, convierte en palabra,
su quebranto llora, le duele lo que habla.
Expresar pausado, sensible, calmado,
corazón, un hueco apesadumbrado,
tragedia que empaña al hombre más fiel,
abrigo curtido que cubre su piel.
Un sombrero tapa su humilde cabeza,
del cerebro brota toda su entereza,
ya su pensamiento vaga por el mundo,
pregona justicia, la ley es su rumbo.
Adoptó el camino que lleva a la paz,
véanle su cuerpo, su barba, su faz,
sus pies, sus zapatos, que siguen en marcha,
sus ojos infaustos se llenan de escarcha.
Hoy, su sensatez, está más que alerta,
al gobierno pide . . . ¡por Dios, ya despierta!
la voz del poeta se vuelve exigente,
de su pecho brota reclamo valiente.
Más, nadie lo oye, ¿porqué nadie escucha?,
sus quejas al aire, ¿es vana su lucha?,
no teme amenazas, ni a la propia muerte,
él es guía y líder de conciencia fuerte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 09 de julio del 2012.
Reg. INDAUTOR No. 03-2012-083012362100-14